viernes, 8 de agosto de 2008

Aburrido de los Anillos


Se prenden las luces y salgo del cine. Después de 3 horas ahí sentado necesito moverme, pero lo cierto es que el tiempo pasó tan rápido que ni siquiera me di cuenta de que entré a las 5 y ya son más de las 8.

Yo me esperaba que la película fuera buena, pero la verdad es que no creí que fuera tan interesante. La Comunidad del Anillo me dejó muy buen sabor de boca. Y, además, tenía eso que deben tener todas las películas a las que les van a hacer una segunda y una tercera parte; deben dejarte con las ganas de seguir viendo. Y así me pasó a mí, y a (casi) todos los que estaban esa tarde noche en el Sambil.

Querías seguir viendo qué le pasaba a Frodo & Co.

Yo tenía mucho tiempo deseando ver esta película, desde por allá por el 2000 cuando leí en Internet que iban a hacer una versión para el cine del clásico de Tolkien.

Yo me quito el sombreto ante Peter Jackson... la verdad es que la cosa le quedó arrechísima. Pero no es de él que quiero hablar. Sino del chasco literario que me llevé después.

Al salir del cine lo primero que pensé, movido por la emoción de la película, era que debía conseguir de inmediato no uno, sino los 3 libros y leérmelos pero lo que se dice ya.

Entonces empezó una casi imposible búsqueda. Librería a la que iba, librería que no tenía la dichosa trilogía. "Están agotados" era lo que casi siempre me decían. Bueno, no importa. No me dejaba quitar la ilusión. Gracias a Dios, y a mi mamá, hablo otros 2 idiomas y podía conseguir la versión en inglés y/o en alemán.

En inglés tampoco la pude conseguir. "Están agotados" "No nos han llegado" y siempre lo mismo. Entonces, un día se me ocurre acercarme por casualidad a la librería alemana y ahí estaba la trilogía. Der Herr der Ringe... los 3 libros de una sola sentada. La verdad es que el precio era un asalto al bolsillo, pero yo todavía cargaba la fiebre de la película, y además me había propuesto leer la vaina antes de que sacaran la segunda película. Así que no me dejé asustar por lo caro de los libros y me los llevé esa misma tarde.

Qué orgulloso estaba de mi compra. Qué arrecho era la vaina. O sea, El Señor de Los Anillos en alemán. !Verga! ¿Quién iba a decirlo? Que yo algún día leería esa vaina en ese idioma. O sea...

Pero al parecer Dios sí que tiene buen sentido del humor y mi emoción por el libro llegó hasta que abrí la primera página.

Sé que entro en terreno peligroso al criticar lo que muchos consideran, y con toda la razón del mundo, uno de los grandes clásicos de la literatura mundial y etcétera etcétera ectécera. Pero no puedo morderme la lengua ni aguantarme las ganas de decir que, para mí, El Señor de Los Anillos es uno de los libros más ladilla que puede haber. Entiendo que decir eso es casi un sacrilegio, un pecado mortal, un error imperdonable, una ofensa terrible. Whatever.

La pregunta es la siguiente ¿me tiene que gustar el Señor de los Anillos? Pues no. ¿Puedo decir que es un libro aburrido? Claro, tengo derecho a decir lo que siento y pienso. ¿Debo quedarme callado y pretender que me gusta, y hacer como quienes aseguraban poder ver el traje nuevo del emperador, so pena de ser considerados idiotas? No.

Sí, es ladilla. Y punto. No es gay como Harry Potter, pero ladilla nonetheless.

Lo que admiro de Peter Jackson, además de todos los efectos especiales, el excelente cast que escogió, y lo poderoso del guión, es su inmensa capacidad de resumir (mejor dicho, comprimir) un libro que padece de verborrea aguda.

Páginas y páginas de descripciones soporíferas de montañas, ríos, aldeas, piedras, árboles, colinas, praderas. Es tanta descripción innecesaria que yo me pierdo. Es imposible leer más de 2 páginas de este libro sin toparse con 20 párrafos de descripciones. Es sencillamente insoportable.
¿Qué le costaba a Tolkien, en paz descanse, limitarse a decir "En una tierra lejana y misteriosa" y lanzarse con lo importante, es decir, con la historia? Ah no... pero queremos ser épicos, y eso significa ser ladillas. Bue...

Otra cosa que yo no soporto del dichoso libro es que cada 10 páginas te topas con una canción. Wait a minute... ¿esto es un libro o una película de Disney? ¿Por qué tantas canciones? Y lo peor es que a Tolkien no se le ocurrió que uno podía ladillarse de leer el texto. Al menos si uno tuviera la posibilidad de escuchar la canción... como en la película.

Otra cosa que no aguanto es que me parece innecesariamente largo. ¿En realidad se necesitaban 3 libros para contar la historia? Yo francamente siento que no. Y creo que ni el más acérrimo fanático de tal verborrea aguda podrá decir que el capítulo de En la Casa de Tom Bombadil era necesario. ¿No es ése un ejemplo de lo que mi estimado Stephen King explica en el prólogo de una de sus recopilaciones de historias cortas cuando dice que hay escritores a los que les encanta poner frases ineptas? Mamá, mira qué bien escribo.

Para ser sincero confieso que he intentado leer el dicho libro más de 10 veces. Y no exagero. Lo he empezado en inglés y en alemán, y no puedo pasar del segundo capítulo. Pierdo el interés de inmediato. Es que se me hace taaan aburrido que no me puedo concentrar.

Aunque en honor a la verdad, y para no ser tan injusto, debo decir que en este momento de mi vida, y quizás se trate de eso también, me siento más inclinado a leer cosas más terrenales. Es decir, libros que tengan más los pies sobre la tierra, como los del estupendo John Grisham. Eso sí que es un escritor. Va al grano, es directo, no se pierde en descripciones estúpidas y, lo que es más importante aún, sus personajes no cantan. Gracias a Dios por John Grisham.

De todas formas me imagino que si hubiera tenido la oportunidad de leer el Señor de los Anillos cuando tenía 10 años, entonces quizás sí me habría gustado. O sea, en esa época en la que todavía me tripeaba temas infantiloides como ése. Pero ahora no puedo. Lo siento.

Y decir esto no me convierte en ignorante. Quienes me conocen saben que no hay nada más lejos de la verdad. Simplemente NO me gusta. Y punto.

Espero que me perdonen los ofendidos.

Tschüs !





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