martes, 4 de noviembre de 2008

Metallicus interruptus o Carcass en Caracas


El coitus interruptus, que en realidad nunca ha sido de mi agrado, es una de esas técnicas de control prenatal de eficacia dudosa que te dejan a medio camino. Vas llegando a donde tienes que ir y de repente te paran en seco. Y tú te quedas ahí con cara que no entiende qué fue lo que paso. Me deja sabor a insatisfacción y preguntándome qué más venía por ahí.

Pero mi propósito no es dar una pseudo clase de educación sexual, materia en la que ustedes me imagino que estarán hiper versados, sino más bien decir sin tapujos que así me quedé después del concierto de Carcass. Metallicus interruptus o comegatus interruptus. Llámenlo como quieran, pero lo cierto es que yo me quedé pidiendo más, y todos los que estaban ahí también.

No quiero entrar en muchos detalles sobre lo previo al concierto. Pero si quiero decir que sorpresivamente la entrada fue muchísimo más ordenada de lo que yo me había imaginado en un concierto comegatísimo como ése. La cola de verdad que no duró tanto como el día de Testament, y, a pesar de la lluvia, el tiempo se me pasó rapidísimo. Claro, yo andaba con mi pana Angélica, a quien debo decir que se ha convertido en otra comegato más, y quien como el día de NIN amenizó mi espera con una larga y tripeante conversa.

La verdad es que tenía años que no veía tanto comegato junto. Pero no me refiero a los casual wannabe comegatos que se ven por ahí con sus cutres franelitas y su cara de que quiero ser pero no soy. No. Me refiero a comegatos en serio. De esos que no salen antes de que caiga el sol. De los que tienen original el Extreme Aggressions de Kreator y el Beneath the Remains de Sepultura en vinilo, y una franela más gris que negra de Pestilence o de cualquier grupo de Black metal noruego cuyas siglas no se entienden y cuyos temas cubren tópicos tan variados como sacrificar monjas finlandesas empalándolas en una mata de bambú o moler en el 1-2-3 de la cocina un perrito y llevártelo de merienda en tu custom made comegato lunchbox. Esta fauna urbana casi no se ve por las calles, y asumo que pasarán el resto del año en ultratumba o algo así. Pero ese día se dieron cita en el estacionamiento de la Casa del Artista y debo confesar que al lado de ellos me sentí de lo más pángolo. Pero bue… eso será tópico de otro momento.

La primera crítica que me toca hacer es, y vuelve el perro arrepentido, para la (des)organización. La entrada estaba pautada para las 6 de la tarde, pero siendo ésta Venezuela, país del realismo mágico y territorio de lo imposible, terminamos entrando 2 horas después. O sea, a las 8 de la noche. Pero la verdad es que nadie se quejó. Y me imagino que será porque todos estamos (lamentablemente) acostumbrados a la impuntualidad y al caos.

El sitio no era ni tan grande ni tan pequeño como yo me había imaginado. Pero la tarima si se me hizo como que diminuta para un toque de metal. A un lado había baños de esos portátiles y del otro lado había un venta (asalto) de pizza a 7 mil Bs. la rodaja. Sí, ya está. Dame 3 que está barato. Lo que sí me gustó es que a diferencia del cumpleaños que resultó ser el concierto de NIN aquí sí vendían cerveza. Aún no entiendo el porqué de la piñata del Poliedro, pero bue…

Pasan los minutos y salen los primeros teloneros. Los tipos de Serpent of Christ, que iban a telonear a Cannibal Corpse, otro toque que quedó en Metallicus Interuptus, con el agravante que esa vez ni la camisa te dejaron quitar. A mí sí me gustó lo que los tipos tocaron, salvo la confianza del cantante para con el público. ¿Cómo describir el sonido de esta banda para los no entendidos? Imagínense el sonido de un taladro abriendo una tronera en una calle, un avión despegando, un tipo montado sobre un gato, el Metro pasando, Capitolio a las 6 de la tarde, y un succubo con carraspera. Así suena. Se me antoja que los de Serpent tocaron como que mucho para lo que la gente los conocía. Pero bue…

Pasan los minutos y sigue llegando gente. Cervezas van y vienen y yo me voy alegrando de que no haya tanta gente como el día de Megadeth. La verdad es que ese día yo temí que me fuera de desmayar porque hubo momentos en los que me faltaba el aire. Pero aquí no. O sea, había gente, pero también espacio para moverse.

Salta Kruger al escenario. Recién me entero de que el cantante es el dueño de Melomaniac en Chacaíto y que fue él quien trajo (?) Cannibal Corpse. Bop.

Yo me preguntaba de qué iba la música de esta banda que llega, según su eslogan, 18 años de Perversión. Y la respuesta no tardó en llegar. Saltan al escenario 5 tipas en tanga y empiezan a meterse mano. Eh… what? Mano por aquí, mano por allá, besito por ahí, besito por allá. Ah, ok… eh… what? Ésa fue más o menos mi reacción. La “actuación” de las tipas iba acompañada por esa música que es impelable en cualquier self respecting porn movie. El momento más alucinante fue cuando lanzaron condones después de habérselos frotado por donde, para citar a Zapato 3, la piel es suave, suave, suave, bien suave donde tú sabes. Pero bue…

Lo de Kruger es parecido a lo de Serpent, o al menos ésa fue la impresión que a mí me dio. La diferencia está en que el cantante no tiene tanta voz de monstruo come galleta, sino es más parecida a la de Dani Filth de Cradle of Filth. Suena algo así como si alguien estuviera pisando un gato y grabando los chillidos.

Entonces, sobre eso de las 10:15 p.m., con 2 horas de retraso (en esta parte pueden cantar el “en Venezuela…”) salta Carcass al escenario. Yo, a pesar del interruptus de la cosa, me la pasé como un enano. Nunca había visto una vaina TAN brutal. El sonido, para mi grandísima sorpresa, fue hiper recontra súper arrechísimo. Estaba hiper duro y eso siempre se agradece.

La entrega de los tipos de Carcass fue total. Pero también tengo que decir que mucho de eso se debió a la típica reacción del público de aquí, y del latino en general. Todo el mundo sabe que banda que pisa Latinoamérica, banda que se va diciendo que aquí la gente es arrechísima y súper apasionada en los conciertos. Bueno, tan apasionado es el público que llenaron de coñazos a varios en las ollas.

Hablando de la olla. Yo me metí como 5 segundos en varias y estaba muerto de la risa. La verdad es que la euforia se apodera de uno y te conviertes en otra persona. O sea, quien me conoce sabe que soy súper tranquilo, pero en ese toque se me salió el metalero y bue… la descarga buen proverbial. Gracias Abel por marcar el ritmo del headbanging.

Yo me emocioné súper cuando la gente, al igual que en Megadeth, empezó a corear: Oe oe oe oe Carcass Carcass… Oe oe oe oe Carcass Carcass, y la cara de agradecimiento y sopresa del cantante dijo más que mil palabras. ¿La respuesta? Sacar una banderita de Vzla (misma) con un letrero en el color amarillo que decía Carcass. Se agradece.

Ahora me toca hablar, brevemente, del punto negro y triste de la noche. Carcass llegó a tocar 10 temas en poco más de una hora. ¿La razón? El concierto fue cortado (interruptus) antes de que llegaran a las 15 que estaban pautadas.

La policía antimotines llegó y se acabó lo que se daba. ¿El motivo? Pues después de leer mucho por aquí y por allá encuentro la explicación definitiva. Algunos de los energúmenos, que nunca faltan, que estaban afuera, y que no tenían entrada, empezaron a lanzar botellas y piedras para adentro en un intento cavernícola de que los dejaran entrar por las malas. E, igual que con Cannibal Corpse en Bogotá, la policía decidió ponerle un parao a la cosa antes de que la vaina saliera de control.

Yo, la verdad sea dicha, no me quedé tan triste porque descargué demasiado y me parece que 10 temas, aunque iban a ser 15, tampoco son taaan poquitos. Pero yo me pregunto si lo mejor no habría sido caerles a coñazos limpios a las bestias que estaban jodiendo afuera y dejar a los que estaban adentro tripear en paz. Pero así son las cosas.

De todas formas agradezco desde aquí a Carcass por semejante demostración de brutalidad comegato. Y también a mis panas por descargar conmigo.

Keep on (rotting) rocking in the free world.
Larga vida al metal.

1 comentario:

Maniya dijo...

Jajajajaja!!! Epa!! pero ese nombramiento de "comegato" no me lo esperaba, amerita credencial y con ceremonia incluída. Muy buena reseña. :-)