martes, 1 de abril de 2008

A ti...


Tanto te busqué y estabas tan cerca. Tantas veces me pregunté dónde te encontraría, e incluso si existías así como te imaginaba, y estabas a la vuelta de la esquina. Tantas horas perdí sin estar a tu lado intentando encontrarte en los rostros anónimos que me ahogaban en la multitud. Tantos segundos desperdicié sin estar junto a ti en un inútil esfuerzo por imaginar que te podía encontrar a voluntad, y no cuando la dispusiera la vida, que sus propias reglas y principios parece seguir.

Y un buen día ahí estabas. Cuando menos lo imaginé me topé contigo. Había decidido bajar los brazos, tirar la toalla, y cuántas metáforas de la derrota se te puedan imaginar. Respirar sin vivir. Existir sin vivir. Una vida cuyas horas vacías se extendían frente a mis ojos cual desierto interminable. Una existencia desperdiciada y hundida en un mar de tristeza. Pero ahí estabas ese día.

Un reencuentro. Un saludo. Una confesión que ruboriza. Un brillo en los ojos. Quiero correr. Adiós. Nos vemos.

Un mensaje. Una llamada. Un encuentro. Una chispa que nace. Un beso robado a la vida. Perdón, no fue mi intención. Así sucedió. No quise robártela.

Muchas horas han pasado desde entonces. Ya suman casi 9 meses y el tiempo sigue corriendo. No ha sido fácil, pero aquí estoy porque te siento parte de mí. Intento cerrar los ojos y negar que te necesito como al aire, pero no puedo. Las horas amargas que nos hemos regalado no son suficientes para alejarme de ti. Me preguntas si no quiero luchar. No te responderé. Mira sólo a tu lado y me veras caminar junto a ti. No te responderé. Sólo mira hacia un lado y me oirás hablar sin descanso de las mismas cosas de siempre; mis comentarios triviales sobre la música y el cine. Sé que mis manos se han marchitado y que ya no producen las cartas con que antes te colmaba. Me preguntas si ya no es como antes. No te responderé. Sólo oye el teléfono que suena antes de que vayas a dormir y óyeme decirte que pienso en ti.

Hay muchos anhelos incumplidos en mi vida. Deseos aparcados a la espera de una oportunidad de la vida. Pero no quiero que sea sin ti. Quiero tomar ese camino lejos de aquí a tu lado. No te responderé. Sólo espera y verás.

No te diré que te amo. Eso lo dice cualquiera y a fuerza de decirlo pierde su fuerza.

Sólo te diré que tus abrazos son mi refugio, tus besos mi savia, tu voz mi arrullo. Verte a los ojos es entender que el amor existe y que está encarnado en ti.

No te diré que te amo. Me suena a poco.

Sólo te diré que aparento una dureza que no tengo, pero por dentro sin ti no puedo seguir andando por este camino sin fin que llamamos vida.

Quiero estar a tu lado, siempre.

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