jueves, 9 de octubre de 2008

Nine inch nails en Caracas o Crónica de un Paracaidista


Yo no sé, pero me imagino que a la mayoría de la gente le pasará lo mismo; cuando he ido a un concierto arrecho me he quedado prácticamente sin palabras para describir lo que vi y oí. Pero en el caso del toque de NIN en Caracas la cosa es peor. Ese concierto no fue arrecho... fue sencillamente la vaina más brutal que yo he visto en toda mi vida. Y ojo que lo dice una persona que no tiene ni un solo puto disco de ellos, y que sólo conoce como 4 canciones.

O sea yo caí en ese concierto como el propio paracaidista. Mezclándome entre la multitud fanática de la banda con mi cutre franelita de Metallica que lucí con orgullo de comegato que soy.

No es lo mismo ir a un concierto sabiéndose todas las canciones que medio conociendo 2 ó 3. Pero eso no impide disfrutar un toque... y mucho menos cuando la vaina es una experiencia de otro mundo.

Sí, de otro mundo. Sé que suena exagerado, pero es que entre la música, la puesta en escena, el increíble hiper súper recontra triplemente arrechísimo juego de luces que los tipos se gastan, más la energía de la gente... bueno... eso fue orgásmico.

Pero empiezo desde el principio. Yo ese día no fui a trabajar. Pedí suplente y me lancé al Poliedro demasiado temprano. A las 2 p.m. ya estaba ahí y no había llegado ni la policía. De hecho me pareció que sólo habían llegado los hiper fanáticos, que deben haber amanecido ahí, y la señora que limpia el piso.

Aquello fue buscar la cola que me tocaba, porque estaba la de general y arena, léase la de los pelabola que pagaron menos y la de los que se gastaron 100 mil bolos (mesmos) más, y sentarse a esperar. La verdad es que cuando de hacer cola se trata yo no tengo mucho peo. Me lancé ayer unas 4 ó 5 horas de cola sin mayor queja, amenizadas por mi pana Angélica, quien como yo habla hasta por los codos.

Las especies de fauna urbana que vi ayer eran muy distintas a las que se ven en toques de metal. O sea, casi cero comegatos, y sí mucho... er... no sé cómo llamarlos. Bueno, rockeritos pero no metaleros. Whatever. La verdad es que ese público se me antojó hiper tranquilo. O sea, no temí por mi vida como durante el Raining in Blood de Slayer o en el Wake up Dead de Megadeth. Todo el mundo tripeando, pero con otra nota. Eso sí... no faltó el obligatorio olor a marihuana. Pero bue...

La entrada fue sorpresivamente súper ordenada. Tres o cuatro controles de seguridad; que si para ver si la entrada era auténtica, que si para ver si llevas armas, otra vez para revisarte y luego un detector de metales de lo más inútil, tomando en cuenta que todo el mundo llevaba llaves y/o celulares. O sea que el pitico de la vaina retrasaba más bien la entrada un pelo y me da la impresión de que al final deben haberse dejado de mariqueras.

Yo estaba arriba, en la zona de pelabolas, y quedé súper ubicado en las filas que estaban justo frente al escenario. Desde ahí veía todo lo que pasaba y el sonido, al menos donde yo estaba, era demasiado brutal y nítido. Sin quejas al respecto.

Adentro no sé... los tipos de comida deben haberse pensado que aquello era una piñata o un concierto de Menudo, porque de otra forma no me explico la venta de cotufas (what da fuck?) y la nula posibilidad de comprar cerveza...!ah! pero sí había refrescos por coñazo. ¿Coma diabético anyone? Yo me comí una vaina árabe de pollo, de cuyo nombre no me acuerdo, y tuve un accidente con la mitad de lo que traía. Ha ha ha... resulta que frente a mí estaba sentada una chama, y cuando yo iba a zamparme la segunda mitad del susodicho emparedado árabe, se me fue la mitad del pollo sobre la franela de la chama y la vaina le cayó en la espalda. Yo no sé porqué, pero la tipa ni se volteó a ver qué fuck pasaba. Sólo se tocó la espalda, se quitó el pollo, lo lanzó al piso y yo, para meter el paro, dije el voz alta: Coño, qué ladilla que lanzaron comida desde arriba. Ha ha ha ha ha... echándole la culpa a otro... y Angélica, que es súper pila, me sigue la corriente y que: Sí, qué bolas la gente de arriba. Bue... la chama ni protestó ni nada. ¿Habrá estado bajo la influencia de algún tequeño radioactivo? Guess I'll never know.

Bueno, los teloneros. De verdad que debe ser súper difícil montarse a un escenario ante un público que NO va a verte a ti, a tocar unas canciones que nadie conoce. Hay que ser valiente. Además que la gente, no sé porqué, siempre tiene una actitud de mofa predispuesta cuando sube el telonero. Es como si by default tuviera que ser malo. Pero la verdad es que los tipos de Viniloversus tocaron hiper bien. O sea, nada del otro mundo que digas Verga, qué vaina más arrecha. Pero a mí me gustaron full... Eh... ¿Estoy ciego o había 2 bajistas? (what da fuck?)

Bueno, espera y espera hasta que sale Nine Inch Nails. A las 9 y 10 saltan los tipos y nos dan el espectáculo más arrecho que ha pasado por esta vaina en mucho tiempo. O sea, ¿cómo explicarlo? La verdad es que la ventaja que me daba no ser fan es que puedo apreciar la vaina sin que de mí se apodere la suprema euforia que me impida juzgar las vainas como son. Yo vi una banda súper compenetrada musicalmente, que se da durísimo, con unos niveles de distorsión de guitarra y un sonido industrial que se agradece, con una nitidez de sonido cagante, con un volumen que te rompe los tímpanos y que también se agradece. El señor TR es un Dios de frontman. O sea, el tipo se la come. Habló poquito, sólo sobre el final, pero presentó la banda y hizo un comentario político sobre EEUU: My country has fucked itself up. If McCane wins this fucking election, I'm looking for a couch somewhere else to sleep on. De Venezuela y nosotros dijo, y eso siempre se agradece: It took us a long time, but we're glad to be here. / You're all very cool. / Thank you very much. / You're very cool. Gracias TR.

¿Y lo que se proyectaba en pantalla? No... eso fue lo más orgásmico de todo. O sea... ¿cómo explicarlo? Era como si con cada canción te estuvieras fumando un pañal usado llenito de adobo la Comadre y te tomaras un jugo piche. La psicodelia es su máxima expresión. Orgamos por doquier. No sé... una imagen vale más que mil palabras, or so they say, y mejor vean las fotos que me robé (haha) de la página de Evenpro y del Foro de Dream Theater.

El show duró 2 horas y pico, que también se agradece, y yo salí con la sensación de haber gastado bien esos 200 mil bolívares (mesmos) que me costó la entrada.

Brutal. Sencillamente brutal.

Al final, cervezas en el Patatamóvil y perro caliente (hahaha.... ESTABA peo) en las Mercedes.

Brutal. I'm at a loss for words...

pd. Querido Dios, sé que en un post anterior hablé mal de ti y todo, pero de pana y y todo gracias por el rock y el metal. Gracias por la música.


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